Cuando estas embarazada tu piel y tu pelo por arte de magia se vuelven de anuncio (aunque se de algún caso que es todo lo contrario), y todo esto se debe a las maravillosas y a su vez odiadas hormonas.
En mi caso durante los nueve meses han sido maravillosas, ni un triste granito y un pelo maravilloso con unos rizos casi perfectos. Pero como dice la canción todo lo que sube baja, y conmigo no han hecho ninguna excepción. A los dos meses de dar a luz, decidieron abandonar mi cuerpo y mi pelo empezó a caer.
Cuando me refiero a caer no os penséis que son los típicos cuatro pelos que se caían antes de quedarme embarazada, nooooooo. Empiezas a ver pelos por todas partes: en la cuna del peque, en la mano del peque, en la almohada, en el sofá, en el suelo, ..., y cuando te lo lavas se cae a mechones; es en ese momento cuando piensas que te vas a quedar calva. Peeeeeero, eso no es todo, no solo no le llega con caerse también se vuelve osco, seco y se encrespa; en mi caso, que tengo el pelo rizo, aún no he vuelto a ver a mis rizos de anuncio y lo que si veo es una maraña.
Después de un primer postparto y acabando el segundo, puedo deciros que calva no te quedas pero tardas mucho en volver a tener el pelo medianamente bien en cuanto suavidad y brillo. Yo ya he ido dos veces a la peluquería desde que di a luz para ir arreglando el corte de pelo, pero sé que tengo que dejar pasar los meses para poder reconciliarme con él.
Así que, esta es otra de las cosas que nunca se dice o se comenta pero por las que todas pasamos.
Paula,
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