UNA NUEVA SONRISA

Desde hace muchos años me andaba rondando por la cabeza ponerme ortodoncia, pero como se trata de un tratamiento de unos dos años estaba esperando a saber cual iba a ser mi ubicación definitiva para liarme la manta a la cabeza. 

Así que, por fin he dado el paso, y el mes que viene empieza mi nueva vida con brackets, con los que conviviré los próximos dos años.

Ya llevo dos consultas con el ortodoncista, en la primera te hace una valoración previa de tus dientes (tipo de mordida, características, ...) y con esa valoración te comenta los tratamientos posibles: 

- Brackets metálicos: los de toda la vida de nuestro señor.

- Brackets estéticos: los de toda la vida pero un poco más disimulados; pueden ser de cristal, de zafiro, o de porcelana.

- Invisaling: que es la caña, puesto que son como una especie de funditas transparentes la mar de disimuladas. Estas fundidas te las puedes sacar para comer y para lavarte los dientes pero después las tienes que llevar puestas noche y día.

Al cabo de unos días, me dieron los presupuestos para estos tres tratamientos, para que lo sopesara y eligiera en mi próxima visita.

En la segunda cita, lo que hicieron fue tomarme unas fotos tanto de la boca como de mi cara (perfil y frente), tomarme unos moldes (que casi me agobio mas el ortodoncista que lo que realmente es) y realizarme una radiografía. Y llego la pregunta clave, ¿que tratamiento has decidido hacer?

Pues después de tener en cuenta varios factores, me decante por los brackets estéticos. ¿Por qué? Pues porque al comparar los metálicos con los estéticos la diferencia de precio era de 300 euros, y hombre una ya no le entran complejos pero tampoco hay que forzar (y yo soy mucho de sonreír). Y al comparar invisaling con los estéticos pues hubo dos factores determinantes: el precio (que era el doble, y oiga que tampoco es que me sobre) y la fuerza de voluntad, porque por experiencia con la  férula para dormir, que no la aguanto y me la quito, no me quiero imaginar el aparato. 

Así que a finales de julio, en mi siguiente visita (después de disfrutar de mis ansiadas vacaciones) me pondrá los brackets tanto arriba como abajo- así que os iré contando como me va. 

¿SON LOS 30 LOS NUEVOS 20?

Desde hace un tiempo se oye eso de que "los 30 son los nuevos 20" pues no, la verdad es que los 20 son los 20 y los 30 son los 30 y punto. 

Tengo 30 desde diciembre y después de casi seis meses puedo decir que mi cuerpo se ha adaptado perfectamente a su estatus de treintañera y no he retrocedido ni un ápice a mis 20. Es más se ha adaptado tan bien que me han salido las primeras canas (el horrorrrr) que además no son nada disimuladas las colegas - te haces una coleta y ahí están asomando- por lo que han tocado los primeros tintes y mechas. 

Y si eso no bastase, se han empezado a marcar las primeras arrugas - vamos hombre, no te llegaba con las canas - y es que es mirarme en el espejo y ahí están en la frente tan quietas ellas y marcándose como si no hubiera un mañana, que ni night repaire ni farrapos benditos las logra matizar (y eso que he pasado de usar una cremita hidratante - la que usaba a mis veinte- a usar serum, crema hidratante y contorno de ojos, pero que vamos ni con esas). 

Eso si, de mis veinte si ha aparecido algo, y es el acné (que ya es el colmo) además que no es granito pequeño que puedas disimular, noooooo, es de esos épicos que se instalan en tu cara y se quedan semanas hasta que desaparecen. 

Y no, yo a mis veinte no tenia ninguna responsabilidad y mi única preocupación (a parte de aprobar los exámenes de la universidad) era la ropa que me iba a poner el fin de semana donde podías salir tres días seguidos de fiesta y el domingo estabas tal cual. Mientras que ahora después de una semana de trabajo infernal llegas el viernes con la única intención de tirarte en el sofá a hibernar todo el finde y si sales un día (un único día) donde la noche se alarga un poco más de la cuenta tardas semanas en que tu cuerpo se recupere. 

Así que, si alguien a vuelto a los 20 que me avise y me diga que es lo que ha hecho por que por mucho que a mi me digan eso de los nuevos 20 de verdad que yo no lo veo.

 

CONFESIONES DE UNA MADRE

Si, es cierto que te cambia la vida - y quien diga lo contrario miente - pasas de dedicarte única y exclusivamente a ti a dedicarte única y exclusivamente a ella y que tu momento empiece una vez que la has acostado en cama. 

También cambia y mucho la vida de pareja, sobre todo los primeros meses, hay que acostumbrarse a ser tres. En nuestro caso, pasamos de unos meses geniales con el embarazo donde solo éramos nosotros, a que de repente nosotros éramos lo último. Pero os aseguro que poco a poco todo vuelve a ser como era antes

Hay momentos en los que pienso - porque la habré tenido tan pronto, tenía que haber esperado un poco más - pero cuando llegas a casa después de un día horrible en el trabajo, y lo primero que escuchas es "Hola mami" nada más importa. 

 

He de reconocer que en mi trabajo eso de la conciliación no existe, lo que por cierto es una pena y casi que mejor dejarlo para otra entrada, por lo que de lunes a viernes hago jornadas maratonianas de casi 12 horas lo que implica que tenga unos remordimientos brutales (aunque supongo que todas las madres trabajadoras se sentirán así). Intentando compensarlo el fin de semana dedicándome a ella para evitar a toda costa que el día que me de cuenta que ha crecido no sentir que me lo he perdido. 

Pero si os digo la verdad, no me arrepiento lo mas mínimo en haber tenido "tan pronto" - es que hoy por hoy ser madre a los 28 casi suena a locura - a mi peque.